lunes, 2 de mayo de 2016

 
TESTIMONIO 1
 
A continuación, os contaré un testimonio de un familiar que padeció migrañas:

 “Hace dos años comencé a tener dolores muy intensos y focalizados de cabeza. Estos dolores eran diarios, por lo que acabé por ir al médico.

 Como también me dolía en la zona situada debajo de los ojos, el médico creyó que podía tratarse de sinusitis. Además me dolían mucho las cervicales, por lo que me dijeron que el dolor de cabeza era producido por el gran estrés que sufría, provocando a su vez contracturas en las cervicales, que terminaban por “pinchar” un nervio.

 Un día, este intenso dolor de cabeza vino acompañado de una ceguera: veía “chiribitas” hasta quedarme ciega. Estos dolores de cabeza nunca iban acompañados de fiebre. Fue entonces cuando me llevaron a mi tío, quien es médico y me realizó una serie de pruebas. Con ellas comprobaron que tenía anemia, además de una presión arterial muy alta. Dedujo entonces que tenía migrañas por los insoportables dolores de cabeza, dolor en los ojos y párpados, me molestaba mucho la luz, no me concentraba… los cuales eran síntomas de esta patología.

 Asimismo, me dijo que las contracturas en las cervicales, al revés de como me dijeron al principio, eran provocadas porque mis dolores de cabeza eran tan exagerados que me tensaba y por eso se producían las contracturas..

 Mi tipo de migrañas son las migrañas aureas. Me mandaron unas pastillas para la cabeza, otras para el corazón y otras para la anemia. Me las tomaba diariamente hasta que los dolores se producían en vez de día a día, semanalmente, luego mensualmente… por lo que iba reduciendo los medicamentos. Ahora únicamente me tomo la pastilla de la anemia.

 A mí, lo que más me ayudaba cuando tenía migrañas era meterme en una habitación a oscuras, sin ruido.

 Nunca he vomitado con las migrañas. Además como puede ser por causas genéticas y mi padre tenía migrañas, parece que todo encajaba.”



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